Marinero de alma inocente,
Que navega por el mar indiferente,
Que pierde su mirada en las nubes.
Marinero que observa,
Aquel barco que pasó de frente,
Y se perdió entre las sombras, inerte.
Marinero que puso velas a su vida,
Que amarró un barco de ilusión perdida,
Marinero tierno, infante dulce, distancia y tiempo.
Distancia y tiempo te separan de tu amada,
La que espera que regreses algún día, enamorada.
Marinero que la brisa te susurra,
Marinero que se rompe como las olas,
Miras la belleza divina de la aurora,
Y pensando en ella, de nuevo, lloras.
¡Pobre marinero!
¡Del amor y de la vida prisionero!
¿En qué momento soltaste el timón?
¿En qué momento te diste el golpe certero?
Tal vez fue cuando recordaste a tu sirena,
Tan bella, tan firme, tan serena...
Aquella sirena que te llena de amargura y pena.
Aquella musa que se refleja en las aguas,
Con su mirada penetrante, aunque no esté cerca.
Aquella que te roza las mejillas
En cada brisa que corre, aunque no esté cerca.
Aquella que te hace vivir,
Aquella por la que mueres,
Aquella que enturbia la vida
Y endulza las penas.
Sí, es aquella, tu dulce musa,
Tu tierna sirena.