Nunca pude ser poeta.
Dios lo sabe y yo lo sé,
pues por más que lo intenté,
sólo tuve la careta.
Quise serlo, sí, lo ansié
desde el Alfa hasta la Zeta;
pero sólo fui maceta
que sin flores me quedé.
Si alguien tiene una escopeta,
que me apunte al corazón
y destroce la ilusión
de este iluso de probeta.
He cavado mi cuneta
para que sin compasión,
alguien deme el empujón
sin que en un cajón me meta.
Y después, con cal de Creta,
sin dejar de mí ni un rastro,
cubran a este poetastro
que quería ser poeta.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC