He muerto varias veces

He muerto varias veces
en distintos tiempos y temporadas.
No hablo de la muerte física,
sino de la del alma.

He muerto varias veces:
una, cuando era niña
y no fui suficiente para quienes me rodeaban.
Otra, de joven,
cuando hice las cosas mal
y me cerraron las puertas para seguir.

Morí también
cuando el alma que más amaba subió al cielo
y ni siquiera pude acompañarla.
Cuando descubrí
que mi relación no era de dos, sino de tres,
y no hubo compasión
ni para mí ni para mi alrededor.

Cuando intenté aparentar
tener una vida perfecta,
sabiendo que se desmoronaba
día tras día.

Morí otra vez
cuando ese ser de luz que me acompañó por años
dejó de existir en este plano
y me di cuenta
de que mis heridas eran tan hondas
que ya no podía sanarlas.

Desde entonces,
camino sin rumbo,
sin interés.
A esos seres los llamo
los muertos vivientes:
aunque fueron valientes,
el alma les sangra…
constantemente.