Amada diosa por tantos,
ayúdame en mi ventura,
me cuesta dar dos pasos
y a la cama con calentura.
Quisiera saber el por qué
de mi desdicha diaria,
no soy de raza aria,
y a parte, fui bueno con Él.
Me miras sin pronunciar
palabra alguna, que tache
mi conducta de maldad,
me pides, que grabe
en tu reino el nombre
que quise con sumo amor;
Te dije que no fue una,
ni tres siquiera a mi fe,
juraría que fueron muchas,
mas no a todas amé.
He querido con dulzura;
he amado con pasión;
he esquivado con soltura,
las garras fieras del león.
He intentado que soñaras
que existe un mundo mejor,
no creerías en el cielo
si a mi lado, te quedaras.
Puede que quiera fuerte,
pero no tengo aguante;
no me pidas que aguarde
mientras agua haya en la fuente.
Mas dime tú, Afrodita,
por qué no tengo amor;
qué hice o mantengo viva
que sea tan mala función.
Quizá fuera otra vida,
donde fuera caballero
y ladrón, muerto en una silla
a manos de mujeres
que sólo buscaban mi dolor.
Afrodita, yo quisiera una mujer
que fuera digno de su corazón,
que pudiera besar sin luces
acompañado de alegre canción.
Yo quisiera un bella
persona en su interior,
no quiero una coqueta
que no conozca la pasión.
Yo quisiera mujer simple,
a la que quiera sin temor;
odiaré todos mis triples
por ver alegre su voz.
Yo no quisiera una luna
o un espejo de vos,
se le hacen pequeñas roturas
y te corta con sabor,
es tan agrio que odias
tan dulce y amargo licor,
te quema las entrañas
sólo oyes su clara voz.
Cuídame el camino,
yo te ruego inmortal;
concédeme que su boca,
se convierta en mi sol;
déjame que respire,
su aroma de flor;
permite que me deleite
con los ojos y su voz;
o pueda tocar su cabello
sin que me espere, la hoz.
Te pido tanto mi reina
que te escabulles de pavor,
sólo busco que me quiera
y que le guste el amor.