Quisiera escuchar la voz de cada débil de esta creación,
y algún que otro espíritu si interviniera,
para que ninguno perciba el fundamento de la mía.
Quisiera viajar lejos para aumentar la distancia.
Quisiera no dormir mas,
para que no aparezcas en mis sueños.
Quisiera que mi corazón no resucite,
para que en tu nombre allá perdido la vida.
Quisiera no encontrarte,
para no volver a sostener otra despedida.
Quisiera que este grito de ahuyento me quite la vos,
para no volver a pronunciar la palabra, corazón.
Mañana resplandece el sol,
para los sobrevivientes de esta noche
vestida de asesina.
Mi piel cambia todo tacto,
por un ultimo abrazo.
Mis oídos aturdidos se toman franco,
para escuchar tu melodía.
Mi corazón que no latía,
el mismo que enmudeció,
esta noche de capas y caretas
se levanta para importunar al tuyo por una final danza.
Aun con lanzas cruzadas,
el desdichado custodia una bandera bordada con tu nombre,
y una resolución de una batalla perdida.
Despedidas que acarrean esperanzas de reencuentros.
Y sueño que surgen con mis ojos bien abiertos.
Un país remoto, que genera cercanía.
Entre tanto que mi vos murmura sin descanso,
el nombre de la ultima batalla perdida..