Hilos.

Esos hilos que me atan a tu historia
intervalos ciegos con nudos aleatorios
telaraña inhóspita que descree de las glorias
y atrapa a mi alma con escapes migratorios,
esas madejas de ovillos mal dormidos
que quieren enrollar cuando llega la madrugada
con ojeras de profusos vértices salidos
del ángulo caliente que se forma en esta sala,
esos licores añiles de cepas casi añejas
que mueren en un acto de sueños instintivos
cuando la copa persiste besando con espadas
los filos de una noche que atraviesa los postigos,
esos momentos de sexo que se tienen de mala gana
por instinto natural del humano empedernido
acariciando tus pechos al borde de esta cama
mirando otros ojos que mienten sin un motivo,
esas consignas de embajadores aguerridos
que mastican palabras sin fines subsidiarios
esos consulados que disipan mis olvidos
llevando la mochila de algunos presidiarios,
estas manchas con recuerdos que me matan
con la tinta seca de almohadillas militantes
las del gesto diáfano que en versos se desatan
cuando los hilos tejen las madejas de algún antes.