Cómodo amor a distancia
que se reduce a palabras,
palabras dulces, pensadas
con frialdad y calculadas;
amor de vanas promesas
y ausencia de compromiso,
en que todo se reduce
a un diálogo escurridizo
y un "espérame a mañana".
Amor de palabras huecas
que al final no dicen nada,
ilusiones traicioneras
con perfidia alimentadas;
jugar con los sentimientos
y eternizar los momentos
antes de la retirada.
Cruel prestidigitación,
jugando a los malabares
con corazones y almas.
Amor que no se resuelve
jamás para dar la cara
y, en vez de cumplir, escribe
con ternura desfachada;
mujer: ¡despierta a la vida!
porque estás siendo engañada
por un sujeto cobarde
que, más temprano que tarde,
va a dejar tu alma burlada.-
Eduardo Ritter Bonilla.