Recuerdos del ayer, ahora, en la distáncia,
imagenes de aquella añorada infancia,
cuando todo era pura y alocada inocencia,
cuando no había mas conocimiento ni creencia,
cuando no habia mas ánsia ni espectativa,
cuando el día a día, era la única perspectiva,
cuando fuimos realmente felices,
y como en los cuentos, "comimos perdices".
¿Desde entonces, que nos ha pasado?,
¿por qué ahora, todo es tan pesado?,
sí, lo sé, dejamos de ser inocentes,
nos hicimos adultos y consecuentes,
y este hecho, fué nuestra perdición,
dejamos atrás, aquella bendita condición,
la que a todo, nos hacia indemnes,
nos volvimos caducos, cuando eramos perennes,
perdimos toda señal de autenticidad,
perdimos aquella común complicidad,
maldita la hora en la que se esfumaron los juegos,
maldita cada hora en la que ardemos en estos fuegos.
Pero, ¿que se le va a hacer?, es ley de vida,
aunque aquello, es algo que no se olvida,
nos quedará para siempre en el recuerdo,
como el momento mas sano y cuerdo,
momentos de nuestra pasada infancia,
impregnados de notalgica fragancia,
imagenes retrospectivas, difuminadas,
imperecederamente, en el corazón grabadas,
imagenes llenas de mágia, entrañables,
de cuando fuimos espontáneos e irresponsables,
tiempo de nuestra vida que fué preferente,
porque sólo una vez, se es inocente,
no hay mas cera que la que arde,
y ahora, ya es demasiado tarde,
esta es la única y autentica verdad,
la cruel y trágica realidad.