Comienza un nuevo día,
Me levanto de mí cama
Y desayuno rápidamente,
Para dirigirme a mí trabajo,
Pero no sin antes,
Como hago todos los días,
Asomarme a mí ventana,
Y veo a un pobre hombre,
Sentado sobre una piedra,
El pobre esta tiritando
Y muerto de frio,
Mientras la fina lluvia,
Cae sobre él,
Y le cala hasta el fondo
De sus huesos,
Pero él no siente nada,
Pues si bien su cuerpo,
Esta allí con él,
Su mente está
A años luz de allí.
Enciendo mí televisor,
Y veo como los noticieros,
Aplauden sin vergüenza,
Que no haya trabajo,
Y mientras tanto
Ese pobre hombre,
Esta en la calle,
Pasando penalidades,
Yo doy gracias a Dios, Por tener un trabajo,
Y un hogar donde vivir.
Mi mujer protesta
Se enfurece,
Y se llena de rabia,
Al ver que los pocos soles
Que ganamos,
Apenas nos dan para mal vivir,
Mientras unos pocos,
Pasean por las calles,
Con sus carros de lujos,
Y con sus trajes
Y corbatas de marcas,
Mientras nuestros
Políticos,
No paran de llenar sus bolsillos,
Y lanzar mensajes,
A los cuatro vientos diciendo:
¡El Perú avanza!,
¡Cada día, nuestro país está mejor!,
Yo doy gracias,
Pues aunque no soy millonario,
Al menos tengo para vivir,
Pero y aquellos que carecen de todo,
¿Para esos avanza Perú?.
La inseguridad,
Los robos, muertes
Y asesinatos están
Al orden del día,
Los pobres,
No tienen ni un sol
Para poder comprar
Algo con lo que alimentarse,
Sube el gas,
La gasolina,
El petróleo,
Y los sueldos siguen
Siendo miserables
Y de risa,
Mientras unos tienen
La suerte de trabajar,
Otros se aprovechan
De aquellos que trabajan,
Y otros por desgracia,
Ni tan siguiera,
Tienen la dicha de trabajar,
Y poder ganar
Algún mal sol,
Que poder llevar a su casa,
Para alimentar a su familia.
Solo un grupo de mujeres,
Salen a las calles,
Y en la Plaza de Armas,
Frente al edificio
De la municipalidad,
Con sus hijos,
En brazos,
Elevan sus voces disconformes
Al cielo,
Esperando que alguien
Las escuche.
¿Por qué todos
Nuestros políticos,
Llenan sus bocas
De bonitas palabras,
Y sus bolsillos
De miles y miles de soles,
Y siguen permitiendo,
Que cada mañana,
Ese pobre hombre,
Siga sentado,
Sobre esa dura piedra,
Pasando hambre y frio?.
Bendito mí Perú,
Bendita mi bandera Peruana,
Bendita la tierra,
Que me vio nacer,
Bendito y amado
Mi Chiclayo querido,
Bendito y querido pueblo mío,
Que sufre
Y sueña en silencio,
Lamiendo sus heridas,
Elevando un bello
Canto al cielo,
Acompañado de quenas,
Y entonando un huayno,
Y soñando,
Con la llegada de tiempos mejores.
Recuerda hermano Peruano,
Que eres libre,
Y que no eres esclavo,
Ni dueño de nadie,
Y que tú,
¡Solo tú!,
Con tú fuerza,
Con tú sangre,
Con tus manos,
¡Tú!, ¡y nadie
Más que tú!,
Puedes hacer,
Que nuestro Perú
Avance.
AUTOR: Fernando Pérez Rodríguez