Me parece hoy,
un día con olor salvaje,
el cielo es brillante,
es un día de solana
de nubes de lágrimas calientes.
Sobre ese cielo me agoto en tus senos
y siento tu música mugir entre mis cejas
y escucho los toques de tambores y quebrantos,
de un corazón ignoto y manso,
que anoche permitió a mis manos,
palpar tu savia de fina albura.
En busca de socorro y vasto lecho,
por esa noche de noches,
con olor nuestro,
quiero caer como un tronco moribundo,
con tu espalda dibujada en mi pecho.
En ese atrevido amanecer,
con un toque imprudente y ávido,
sueño que te doy un neurótico beso,
uniendo mi saliva y la tuya,
como dos aguas
en agitada turbulencia.
¡Oh, cielo! con tu infinito de tristezas,
que lloras suspiros de rosas
y pétalos de vida,
pinta en mi corazón
un rosal de blancas mariposas
y torna ¡Oh, alborada esa!
un atardecer espléndido,
en lloros dulces de extraviada belleza.
Al despertar,
quiero sentirte aquí,
entre la noche y mi verso seco,
por las calles y por la selva,
dibujando mis ansias,
con mi lengua majadera en tu cuerpo,
apresurando el éxtasis
de libidinosas manchas.
Me parece hoy un día de arrobo,
con olor a ti.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!