Impulso fatal

Hacia tiempo que quería 

montar a caballo un día,

de repente una tarde 

tal vez desafortunada

sintió con fuerza deseos 

de tomar una montura

y cabalgar, cabalgar, cabalgar.

Frente a el ahí estaba, 

de noble mirada

negro azabache, pelo brillante,

las crines largas y suaves 

ondeando desordenadas al viento,

la estampa de Trueno

con pasión le cautivaba.

Sin dudarlo, ni un momento 

un pie puso en el estribo, 

y al pronto de un salto

 a la grupa se encontró 

de aquel bellísimo jerezano.

Al paso, poco a poco empezó, 

luego al trote, para llegar al galope

frenético y desenfrenado.

A un impulso del equino

El jinete perdió pie

cayendo de su montura.

De la silla colgando quedo

y agarrado a las riendas 

quiso detener al jaco,

pero a pesar de sus gritos 

detenerlo no logró.

En una circular carrera

desbocada y feroz,

aquel Trueno lo arrastró 

sin ninguna compasión

mientras el hombre gritaba

sumido en desesperación.

Al vocerío desgarrador

raudo acudió un mayoral,

sin dudar le prestó ayuda ,

de aquel tremendo lance

el interfecto ileso salió.

Con firmeza una mano

la palanca accionó 

y aquel tiovivo paró.

MG 08-06-2016