Tan cerca vivo del amor en tu mundo,
de ti me extasía tanta maravilla,
mi deseo humano no se hace astilla
pues te veo como un planeta fecundo.
El tiempo no es brecha a la muerte,
cada mañana es frondosa alborada,
contemplo el sol desde la explanada
contigo, siempre es mi bendita suerte.
Tu sonrisa es río descendiendo cascada,
también eres la flor de mi madrugada
que despierta la luz en el horizonte,
mientras llega tu voz cual canto mirlo
al despertarme de mi sueño tranquilo,
es como haber dormido al piedemonte.
Autor: Alcibíades Noceda Medina