A pesar de la de siempre,
la que me sigue y muerde
y me ata a su cuello cristalino,
seco y oscuro a veces
de llanto y desaliento,
eterna pena eres.
A pesar de ti y de tu oficio,
que no abandonas nunca
y nunca me da un respiro.
Tengo corazón y me niego,
a tu mordaz estribillo
de amarguras repetidas
y manidas soledades.
Hoy no podras conmigo,
hoy te dejo, hoy te olvido
y me voy del mar al rio,
de la fuente al sollozo
y sonrio a la alegria
y de tu ceño me rio.
Tu me quieres como yo te odio,
pena, no ves que mi alma
ya es mayor para tus juegos
y hace mucho que no te oigo
por mas que me llamas y persigues.
Vete donde alguien te quiera
sin volver la vista ni hacer ruido.
Y quedate donde solo seas
un recuerdo mas de lo vivido.