Surge en la noche de mi sueño una estrella,
es tesoro mío este acontecimiento,
su luminosidad en el firmamento
imposible esconder, es la mas bella.
Su presencia me inundo de ilusiones,
percibo su gracia, es rincón de alegría,
donde reposo mi sueño y fantasía,
en ella ofusco hermosas sensaciones.
Para su amor es refugio mi corazón,
también la tengo en el hipocampo
y allí crece como hierbas del campo.
En ella no hay desidia ni sinrazón,
en su presencia toda se enaltece,
la razón que mi amor le pertenece.
Opaca lo vivido con sus destellos,
trajina en el jardín de mi ilusión,
confundiéndose en esa dimensión,
es un lucero más, estando entre ellos.
Deposito en ella mi vida perentoria,
a su espera son los versos del rincón,
donde se encarpeta, como en el cajón,
sabrá que los he hechos a su memoria.
En frases enuncié limitaciones;
es mi adoración, digo al fin y al cavo,
ella es mi reina y yo su fiel esclavo.
Amado soy por mis buenas intenciones
por amarla siempre estoy persuadido,
sobre afán real mi sueño he construido.
Autor: Alcibíades Noceda Medina