Hay un hombre en la tierra,
que nos conduce por un sendero
desconocido. Es un hombre como todos,
que sin ser el Mesías nos guía,
que sin ser nuestro padre nos educa,
que sin ser nuestro abuelo nos arrulla
con tiernas frases de amor.
La “A” de amar
La “E” de estudiar,
La “I” de inculcar la paz,
La “O” de oír,
La “U” de unir los pueblos.
Su nombre es maestro,
su nombre es amor,
su nombre es gesto
de paz y valor.
Por eso y con esto
te digo Maestro,
que no hay en el mundo
tal vez otro gesto
mejor que el de vos.
Maestro, maestro,
¡que lindo es el nombre,
que lleva el hombre, el Mesías y Dios!
porque eres ejemplo
del niño que llora,
del joven que añora
y del viejo el saber.
Maestro, Maestro,
te ruego que vuelvas,
te pido que vengas
para yo aprender.
Maestro, Maestro,
¡Qué fría mi aula!
¡Vacía mi escuela!
cuál barco sin vela, está mi aprender.
Maestro, Maestro,
¿donde está, Maestro?
Te quiero maestro
Porque eres mi gesto
Y también mi saber.