Hoy entendí que ya no vale la pena
el que estés dependiendo
de mi voz en ciertos momentos,
el que llores mis ausencias
cuando necesitas de mi palabra
y de mi cuerpo.
Hoy entendí, que no te encuentras
entre prioridades
nuevas y pasados atormentados,
porque le principio calló
la eternidad de un hasta siempre.
Hoy entendí, que no eres
el amor soñado, que no
deseo el verte continuamente
a pesar de desearte en infinitas
noches de soledades varias.
Hoy entendí, que el amor no
se compra ni se vende, y que la vida
tal vez, me traerá aires nuevos
para poder perder aquellos
recuerdos que duelen en mi alma
aún perdida.