En tu pueblo de colina, aquel mundo palpitaba tu corazón. Más alla de una cima campesina, Tu señuelo y razón. tus infinitas raices divinas, Cortijo de ilusión. Mas un buen día, te levantaste sonriendo. America te merecía, y tus pupilas lo sabía. llorando y queriendo, te fuistes de Frias. Aquel sueño naciente, detrás de un ideal cristalino. aquella tierra de mente, fue tu paraiso divino. Al tiempo le ganaste, con trabajo y tesón. la America radiante, te gano de corazón. El inmigrante tendido, a los recuerdos de su madre. pero el amor incontenido, ya tenia nombre. Asi lo vi, Como un gran hombre! la tristeza y la nostalgia, aquella cumbre, la luz del inmigrante moria. Pobre padre, y triste me quede ese dia. SOL