Derrites los polos,
con un sutil parpadeo
o con el roce de tus dedos
o tu perfume al pasar,
con esos aires de gata
que ronronea y desata
los demonios de la carne.
Juegas con la luna
y desordenas las estrellas,
poco te importa el viajero
que busca su rumbo en tu cielo;
desbaratas mis esfuerzos
por vencer tu resistencia,
¡ufana te alzas en vuelo
y yo a tu muro me encadeno!
Te place arrancarle notas
al viejo piano de cola,
y entre maullido y maullido,
robarle suspiros al alma;
la sinfonía de tus caderas
te hace eterna en mi ser,
¡obra tallada en roca,
estirpe grabada a fuego!
Recorro el universo
sin moverme de tus ojos,
camino sobre las brasas
y bailo bajo la lluvia,
¡borrachera de los sentidos
es navegar en tu tiempo!
Soberana indiscutida,
sin rival que se te oponga,
¡si hasta derrite los polos
tu ronroneo de gata!
Soberana de mi reino,
hechicera de mis deleites,
¡al muro de tu embrujo
mansamente me encadeno!
W.P.