Una tregua se abre sobre los blancos, lienzos de nuestra cama caliente aun y
ella entre mis brazos después de un delicioso,
momento de placer y pasión intensos,
yo acaricio suavemente con mis dedos, su rubio y largo cabello que roza mi cuerpo. Con dulzura, amor y deseo, ella baja, sus manos temblorosas buscando,
llegar a mi entrepierna y así poder,
acariciar mis genitales y sus dedos, se pierden en busca de mis testículos,
que con sus dedos los separa de,
mi entrepierna para ponérselos sobre, su mano donde los masajeará despacito.
Al cabo de un rato sube un poco su mano,
hacia mi pubis hasta sentir mi sexo,
muy duro y cálido que en su mano,
no deja de acariciarlo, subiendo y
bajando la piel que oculta mi glande,
húmedo, caliente y muy enrojecido.
Lo toma en su mano y sujeta para,
que no se la escape y se aferra a él, como si ella lo desease tanto como, lo deseo yo que no deje de acariciar, lo toma en la mano mientras se va,
bajando por mi cuerpo hasta que,
lo guía con su mano dentro de su boca.
Mientras siento como con su mano,
baja la piel que envuelve mi pene y esconde mi glande mientras su lengua,
lame y saborea sintiendo su especial,
sabor y el calor de mi virilidad que me,
hace sentir el placentero gusto de, su placer hasta hacer que eyacule,
mis néctares dentro de su boca.