No vengas todavía, muerte impía,
que aún no estoy del todo preparado.
Recientemente estoy enamorado
viviendo más de noche que de día.
No vengas porque entonces perdería
la luz con la que estoy iluminado,
el llanto que no ha sido derramado,
su risa, su sonrisa, su alegría.
Evádeme nomás. Haz que me ignoras,
como si no me vieras en tu lista,
o llévame si quieres poco a poco.
Dame un momento más, sólo unas horas.
Permite que el amor al fin me asista
y ven cuando de amar me vuelva loco.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC