Al obsérvame ante mi he descubierto,
Que no cubro mi alma desnuda,
Que no mantengo el corazón abierto,
Y que me tienes sometido a una duda.
Pues tu presente come contigo,
Duerme y habita en tu vientre,
Y puede ser que si sea tu enemigo,
Pero también puede decir que te tiene.
Mientas tanto yo me veo solo,
Y como con las horas vacías,
Que habitan en mi pecho y mi todo,
Y en mis lágrimas ahora vencidas.
Al observarme ante mi he descubierto,
Que jamás vivirás mi pasado,
Que no te importa lo que siento,
Que te gusta verme postrado.
Pero el destino me ha abierto sus manos,
Y me ha guiado a un mundo distinto,
En donde no puedo vernos cercanos,
Sino al contrario, te veo y no existo.