No siento, aunque me esfuerzo,
solo pienso en sentir sin esforzarme.
Y mi piel que reprocha y grita,
que donde estás, pero no sé que decirle.
¿Cómo explicarle que no quieres volver?
¿Cómo si yo mismo no lo entiendo?
Te extraña, porque no siente tus dedos,
que se clavaron como flechas
y llevaron al renacer y a la esperanza.
Al elixir de la vida misma
que no fue otra cosa que tus besos.
Y la tristeza también quedó extinta,
para darle paso mas tarde,
a un nuevo capítulo de ella misma,
que es sendero blando a la soledad
e íntima amiga del silencio.