El hambre no la he conocido,
afortunadamente en mi existencia,
a mis horas siempre he comido,
no he conocido su ausencia.
Por lo mismo, me encuentro lleno,
revienta mi camisa y pantalón,
siempre en exceso desayuno y ceno,
por eso me anda fallando el corazón.
Me encantaba sentir el aire cuando corría,
recorrer distancias a gran velocidad,
ahora me duelen las rodillas noche y día,
y eso anda lastimando mi felicidad.
En verdad que esto no es por vanidad,
pero peso tanto como el amor que siento,
y si no hago algo, me iré a la eternidad,
porque ya tengo ese pensamiento.