Querido padre
Echo de menos tus besos
tu sonrisa, tu mirada,
echo de menos tus manos
que acariciaban mi cara.
Siempre te llevo en mi mente,
siempre estoy pensando en tí,
te llevo dentro de mi alma
y en mi corazón dolido
que late pensando en tí.
Recuerdo con claridad
cuando al fin de tu trabajo,
tras una larga jornada,
me cantabas dulcemente
para que yo descansara.
Recuerdo cuando era niña
y acariciabas mi espalda,
recuerdo que me enseñaste
los números.las palabras.
Me contabas bellos cuentos
durante la trasnochada,
y jugando me enseñaste
a leer, a sumar, multiplicar. Sobre todo me enseñaste
¡a querer y a respetar!
Feliz día del padre, allá dónde estés.
¡Te quiero padre! Chelo Álvarez.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!