La iglesia de la plaza repiquetea sonidos,
Con las campanas Amarillenta de bronce antiguo,
Y al viento lanzó mis rezos a ver si llegan a tus idos,
La plegaria, que mi corazón parpadea con los latidos,
Te llamo en silencio como si llamara al deseo,
Como si llamara a la sangre que fluya por mis venas,
Este amor esta en mi corazón, no en mis manos,
Esta en mi celebro. Que domina una estrategia.
Como se puede borrar si estas presenten en todo tus hechos,
Tu amor es un toro bravío que devora la furia.
Que es apacible como primavera en los Naranjo y el trigo,
¡Ay, tus ojos de olivo y tus labios de cerezas!
Tu amillo en tu mano, mi anillo en la mía.
Ha florecido en un verde verano, las flores y lo lirios,
¡Ay, cuantos recuerdos cuando me encontré contigo!
¡Le grito al viento, a la noche, al día, y al gran astro! Llegaste a los pies del altar, con los zapatos en las manos,
Así como me gusta verde descalza, con tus sexy movimiento,
Y tus besos sobre los míos, como fuego,
Mi pesadilla está en el pasado.
Te tengo en mis brazos, y muero.
Las campanas repiquetean de alegría,
Tu amillo en mi mano, mi anillo en la tuya,
Lo anillo queda en las manos,
Y mi corazón vuelve a latir, en exceso.
Copyright © 2010 - Ramiro Álvarez Cedeño.