Una línea, invisible trasnparencia
creada al efecto de vivir irrealidades,
blanca bondad de los infiernos
que recorren el cerebro
a cada momento de un sueño
malgastado,
sacudes el cuerpo, odias
lo amado,
amas lo seguro y no te
aseguras de lo que sucede
a tu derredor,
fina variedad de especímenes
rodean tu cuarto,
los ves, te ven, te inmolan
en la permanente acepción
de un letargo que concluye,
y te vuelcas el ansia
a tus espaldas dormidas,
ya no ves, ya no piensas,
solo crees los que ves
y recuerdas que te esperan
en algún lugar, en cierto arco iris,
en la variedad inhóspita
de un mundo que te muestra...
otra batalla perdida
en esta guerra del amor.