Cual águila altanera vas levantando el vuelo,
orgulloso y triunfante te elevas con el viento
de la fragil caricia de otro cielo.
Y yo en vacuo sentir, volar no intento...
Triste, sin alas, deslizarme siento
en nebuloso pièlago perdido.
Y me adentro en las nubes del silencio,
mientras rumian los vientos del olvido...
Y desde aquí te observo, con tu orgullo,
cual águila silente y ostentosa,
con esa gracia altiva y venturosa...
Y este corazón, que aún siendo tuyo
se vá olvidando acaso de sí mismo,
perdièndose en el filo de tu abismo...