Como el brillante sol naciendo sobre TU mar caribe
Como intrépidos llaneros recorriendo el Arauca
Salvajes y húmedos, calidos y tiernos.
Así son tus labios de enamorada.
Besos que de tu boca me empalagan
De tu sabor a selva, tierra virgen, volcán, cimas y montañas
De tu olor a tierra mojada, mezclada con arrullos tiernos de miradas
Simiente del despertar deseoso de caricias
Poetisa de tiempos imaginarios
Inmortal, ferrea, ardiente, fresca y clara.
Tus ojos tienen el embrujo febril de sirenas.
Tus manos son perlas que reflejan la luz difusa de la mañana.
No me alejes de tus pechos de caracola
Imagíname en tu mente, con imágenes paganas
Entiende mujer, que solo soy un hombre.
Que con tu perfume, sueña, sangra, siente y canta.