Dame por favor tu indulto amiga mía
Saca de la cárcel de la soledad a mi corazón
Tu que eres la dulce gobernadora de mi alma
Por tu hermosura, sentimientos y razón
Por favor, no me dejes caer en la silla de la in cordura
Que ya camino voy hacia su cuarto, el de la soledad
Vamos, una llamada, sálvame de la mesura
Llévame contigo quiero estar con vuestra deidad
Mi pecado por estar aquí encerrado es el de amarte
Por eso estoy aquí atrapado, en la trampa de tu adoración
Por favor, ayúdame, no quiero morir sin antes besarte
No sin antes elevar mi mano y tocar la faz de tu perfección
Ya casi llego a mi destino, salón de rencor y sombras
No oigo tu llamado, será que estoy perdido, no soy correspondido
Te imploro, no me exilies de aquel reinado de rosas Tu regazo, tu divino cielo, al que al parecer no soy bienvenido
Y ya una vez sentado, casi al borde de mi perdición
Y contemplando desesperadamente mi camino
Oigo tu hermosa voz, llamándome, apoyando mi salvación
Y poco a poco siento tus labios, suaves cual dulce vino
Y teniéndote ya apasionadamente entre mis brazos
Despierto de aquél sueño, Ho traición del pensamiento
Volteo para buscar tu perfección y no estas a ninguno de mis lados
O vaya mentira, perdido sin tus labios, sin tu cuerpo... sin tu aliento...