Sueñas que eres,
atardecer tranquilo,
y acostada en la medianoche,
que te vence y te inunda.
El llano de mis manos,
el cruce del tiempo,
de la lucha por aquel orgullo amorio,
que te entregó la mentira.
Cuando leo en mis lámparas,
recorro la casa ,
y siempre surges lejana,
como estabas en el túnel,
que era nuestro hueco.
Salgo por las calles
que me da la noche,
y al pasar por una caseta de telefono,
oigo tu voz y tu risa.
LLueve y vas caminando,
y sonries, he olvidado el número,
y no tengo un centavo en la bolsa.
Copyright 2007
3/5/07
autor sagitaria de mar.
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