A lo lejos escuchaba, a un pueblo yo gritar
y corear entre sus versos a una niña al pasar
exhaltado todo el pueblo, aplaudía sin cesar
a una niña que traía en sus ojos un altar
De cafés vestían sus ojos, bellas niñas que a la par
nos decían grandes cosas del amor que iba a pasar
presentía que traían en sus ojos la ilusión
de encontrar en ese pueblo, un amor sin condición
Yo esperaba que a mí paso, esa enorme sensación
me externara lo aplaudido de esa enorme ovación
cuando al lado de mi cuerpo, vi en sus ojos solo amor
que miraban tan profundo, sin ninguna tentación
Palpitando en mi cuerpo, yo sentía la opresión
de sacarme de mi pecho, este pobre corazón
y entregarle en sus manos, esta enorme ilusión
de sentirme yo el dueño de esta bella inspiración