Te siento tan cerca,
de sólo pensarte,
me quemas,
en los sonrojos de tu piel,
voy dejando mis huellas,
para que te avives,
como el fuego que siento por mis venas,
presiento tu llegada,
arrebatado me das vuelta en tu mirada,
y me dejo deslizar por tus manos,
absorver por tus milagros,
hasta el último aliento de mi pecho,
voy dejando mi instinto,
a merced de tu cuerpo,
voy arrebatando cada hora,
que me das con tu suspiro,
y me dejo llevar,
por la melancolía de tu alma,
el sopor de tu mirada,
escondida entre un aliento y un beso,
refugiada en el volcán de tu cuerpo...