LA CURACION DE UN ALMA

"LA CURACION DE UN ALMA"
A la Cafarnaúm de mis amores
que me viera nacer,
llegó Jesús un día, uno de tantos;
y entre sollozos, penas y quebrantos
que me hacen padecer,
me fui colando entre sus seguidores
y hasta él me aproximé.
Con la fe que naciera,
más del dolor,
que del amor no fuera
y a sus pies me postré
y le rogué diciendo:
Señor mío,
tengo en mi cuerpo un alma
que yace paralítica y enferma,
que hastiada de la vida se le merma
la esperanza, la calma.
Hay en ella amarguras, sinsabores.
Sufre mucho, Señor,
está rendida;
caminar no puede,
y yo, Señor, no quiero que se quede
sin que le des tu amor.
"Voy a curarla", dijo con ternura
el dulce Nazareno,
Aquel que siendo Dios se hiciera hombre,
a los ojos me vio. Dijo mi nombre
aquel hombre tan bueno.
Yo repliqué:
Señor, yo no soy digno
de que vengas a mí;
basta que digas sólo una palabra
para que mi alma a tus bondades se abra,
pues depende de Ti...
...Has de saber que soy un subalterno
sujeto a la obediencia,
la castidad y la pobreza y muchas
otras razones íntimas de luchas
que cargo en mi conciencia;
pero hay ciertos poderes conferidos
por este ministerio
sacerdotal que me produce encantos,
pues puedo hacer de pecadores, santos.
¡Oh, divino misterio!
...Y al pecado de aquél le digo: "¡VETE!"
y el pecado se va.
Al vino de uva lo convierto en sangre
y al pan de trigo lo transformo en carne
que luego servirá
para dar de comer a mucha gente
que al comer, vivirá.
También al corazón le marco el paso
-aunque a veces no me hace mucho caso-
no sé por qué sera...
Pero Tú, dí tan sólo una palabra,
una sola, Señor,
para que mi alma rompa sus cadenas
y se le acaben de una vez las penas
y se entregue a tu Amor.
Jesús se sorprendió
y a sus discípulos
que siempre lo seguían,
les dijo con bondad y con certeza:
"En ningún hombre he hallado tal tristeza
ni tal melancolía,
ni un dolor tan acerbo y tan profundo
como en este hijo mío.
A nadie he visto que sufriera tanto,
tanta acritud y tanto desencanto,
frustración y vacío..."
"¡Vete!" -me dijo luego dulcemente-
"Si por paz has venido,
si a tu alma quieres darle mi consuelo
y la salud espiritual y el cielo,
que se cumpla, hijo mío, como has creído..."
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)