Frágil y lúgubre,
la espora en su movimiento parecido a una danza,
viajó miles de eones de tiempo,
atravesó galaxias enteras,
se mutó como un ser vivo,
y lo era,
tenía la pulsación de la célula,
ella viajaba,
sin prisa,
guardando en su interior un secreto,
un código de vida sagrado.
Miles de seres habitaban en su esencia,
en un futuro ellos poblarían algún planeta,
y esa espora moriría,
inyectando solo el néctar de la vida,
la armonía,
el soplo divino,
en el espacio se veía como una cruz,
una conciencia de luz,
la energía Cristica,
esparcida en todas las direcciones,
posiblemente esta espora era un ángel,
de creación,
fuerza motriz de la vida,
centro vital y armónico,
ella tenía todos los secretos,
las cualidades,
el espíritu de lucha y sacrificio,
una palabra latía en su centro,
más que una palabra,
era un concepto,
una idea,
Amor era la palabra en su código,
una fuerza que llenaría la tierra de verdor,
una acuarela de vida,
una explosión en los mares
otra en el aire,
otra en la tierra,
la función de la espora era inyectar amor a un planeta inestable,
“hágase la vida”, decía el código,
multiplíquense y llenen el planeta de vida.
después de miles de años,
la espora cae en un planeta vacío,
Gea, nuestro planeta tierra,
pero la esencia del absoluto se movía sobre ella,
esperando la espora sagrada en su viaje,
ella cae suavemente,
Sin contratiempos,
sin saltos,
y comienza a morir,
y de sus entrañas surge la vida,
comienza el primer día de la creación.
Estimado colega: Sencillamente ¡¡GENIAL!! Estupendo poema, diez plumas son pocas. Felicidades.