Una relación es sana, cuando ese contacto con el otro, saca de nosotros nuestra belleza, nuestra luz, nuestra verdad, nuestro amor, nuestra generosidad,
la simpleza, el servicio, la entrega,
el humor, la alegría
y el entusiasmo de seguir creciendo juntos, complementando uno, lo que el otro no manifiesta aún y viceversa.
Pero si la relación con el otro,
solo hace aflorar en nosotros, la fealdad
, la vulgaridad, la violencia, la manipulación,
la carencia, la demanda, la indiferencia, l
a frialdad, ese es decididamente un vínculo enfermo.