Hay quien dice que en una poesía
importa más el sentimiento que las palabras.
¡Claro que importa! ¡Claro que no basta!
No es lo mismo un collar de bisutería
que de cuentas finamente trabajadas,
pues la labor ennoblece cualquier material,
el agasajo, el agasajado y a quien agasaja.
Nos ufanamos por regalar una flor,
seguramente la que más a mano estara,
y que con ello dejó de ser y estar. Enhoramala.
Mucho más da al amado una piedra,
por ser bonita, curiosa o simplemente rara,
si se busca y no se encuentra
que si se encuentra sin buscarla.
Porque no es lo mismo caminar por tí
que pensar en tí mientras caminaba;
En en primer caso sabía dónde ir,
en el otro no sabía dónde estaba.