Duermo y se pierde mí tiempo, en el vuelo del gavilán,
Tranquila esta es la hazaña que pude hacer el huracán,
Ríe la primavera, como si fuera el jardín del mundo.
Miserable, soy que lloro entre los vasos de vino,
Como el alma de una flor, que murió en tu pecho,
En su coraza de heno, la pena que no me hiere,
Todo fue hermoso, todo puro como diamante.
Una estrella apagada que surca los cielos.
Tengo que amarte amor, tienes frió,
Lo he olvidado todo por hacerte luna,
Lo he olvidado todo meno tu ternura.
Hay va mi verso, por este que te quiere tanto,
No puedo viajar con el sueño de otro.
Estoy buscando un final, no puedo estoy llorando.
Copyright © 2010 - Ramiro Álvarez Cedeño.