¿Cómo es que sigo esculcando de pie
en las ruinas de lo que fue un vergel?
¿Cómo es que divago en los escombros
del castigo que fue nuestra segregación?
¿Cómo es que merodeo en el disfraz
que obliga e inspira a la envidia?.
Te busco en los ripios de las ilusiones
desde la cima de un paraíso tenido
que tan distante creí tenerlo.
Me da tristeza pensar que la distancia es corta.
Te imagino, soledad, en un segundo de ahogo,
en un soplo del alma, en un minuto de historia;
cuando la luz de la esperanza aún me ilumina
y mis ojos siguen la estela que la escolta
en ese continuo abrir y cerrar de las hojas
de un árbol perenne en la selva de mi vida,
donde poder seguir creyendo en la rutina;
aunque yo sepa que mi vida es corta,¡ muy corta!
¡Ay, si la soledad no fuese
una boca inmensa de dragón
cual bola de fuego proyectada,
que en lugar de calentar, escarcha!
¡Ah, si tan solo pudiera
mantener a la soledad en el trastero!
Pero ya es demasiado avanzada la hora,
ya el tiempo nos robó las vanidades
y los años locos de quimeras
se apagaron como el brillo de los ojos.
Ya no hay nada por hacer,
aunque cantemos nanas al pasado
envuelto en un lecho de años locos