La herida

carcomiendo mi piel y mis venas 

pudriéndote con el pasar del tiempo 

 

Lacerando mi corazón con el veneno

de la soledad, el olvido y el dolor

desangrando el alma de desamor

abriéndote cuando apuñala el recuerdo

 

Herida que el tiempo nunca cura,

que no quieren cerrar las lágrimas,

que se va haciendo mas profunda

que nada ni nadie la cicatrizan

 

Así es el sufrimiento que me causa

como una lepra me corroe y mutila

las ilusiones de amar y de la vida

Herida que mata lentamente al alma

 

Peste negra que no tienes remedio,

ni bálsamo; que quitas la esperanza

que no das paz, ni alivio ni consuelo

Solo me condenas a la remembranza

 

Dueles más en las horas de angustia

en el insomnio, en el lecho desolado

en el silencio aun más me lastimas

Herida imborrable de aquel pasado

 

Que más te ahondas cuando te toco,

cuando me miro por dentro y te veo

ahí crucificándome estás poco a poco

recordándome lo que mas quiero

 

En esta espera  sin fin del corazón,

en el letargo de las horas y el hastío,

en este sufrir que tu conoces Dios mío  

Llevo la herida sangrante de un amor

 

Maria José Acuña Beláustegui

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