Se detuvo el reloj,
había marcado la hora señalada,
Un escalofriante dolor trunco tu vida.
La desgracia cabalgaba sin darte tiempo
A despedirte de quienes te amaron.
Allí estabas pronunciando tus últimas palabras,
Esas que quedaron grabadas en
el umbral del dolor
“perdón mama por no haber sido el hijo que soñabas”.
Me cuesta ver un mármol, frío, tan frío con una
Inscripción que salio del corazón de mama.
“Aquí descansa el mejor hijo del mundo”.
Me pregunto constantemente, si hubiese
llegado a tiempo quizás mi calor, mi amor
te hubieras salvado, y hoy estarías aquí
junto a mi.