Sin sentido del tiempo pasan las horas,
converso conmigo mismo en mi anverso.
Amor; el destino de quererte tú valoras,
instantes felices en nosotros ya es diverso.
En mi tarde camino por la por la playa,
mi gozo son tus recuerdos en presente,
porque en presente perfecto sé tu laya,
pero siempre hay duda indecible latente.
Tú inspiras a un corazón para quererte
tiene en mente para nuestro futuro ahora.
Me sacas palabras y es, razón para amarte,
el destino de adorarte en mí se atesora.
Eres sinfonía, que hace que mi cuerpo vibre,
estando cerca y también estando lejos.
En la ventana de tu amor me tienes libre
de tantas libertad que das, siento complejos.
Soy las esporas que te busca por el viento.
A veces en el tiempo te veo lejana y difusa
después, hasta en mi sueño siento tu aliento
y en mis horas de orfandad eres la fiel musa.
Deseo que nazca de mi creación de mil colores
distante veo eso anhelo, pues aun no soy poeta,
mis versos carecen de importancia y valores,
pero tú eres buena y tu dignidad me respeta.
Autor: Alcibíades Noceda Medina