Este sonoro llanto del silencio. Este grito
inaudible de lágrima atrofiada,
estrépito de copos de nieve que se posa
sobre las frondas tímidas del bosque
solitario. No son más que suspiros
involuntarios, rictus de tristeza,
algas en la bruma
de espuma o fuego o aire
que aún eructan entre mis sollozos.
Este ignorar si todavía escuchas
cuando canto con voces destempladas
de milenarios ecos
vacíos, perpetuando mis clamores,
abordando tus costas arañadas
de sol y caracolas y de musgos
desperezándose en tus arrecifes.
Este son permanente de naufragios
que perecen sobre tus coralinos
acantilados húmedos, rendidos,
azotados, desnudos de misterios,
no son sino la tarde que se agolpa
en un ritual de sombras y de estrellas...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC