Los espíritus rebeldes:
viviendo siempre la vida
a su modo y su momento,
nadando a contra-corriente,
negándose a ver las cosas
de un modo convencional.
Jamás siguen al rebaño,
no se quedan mucho tiempo
en un mismo oficio o lugar;
aborrecen la rutina,
prófugos de la oficina
y de una vida "normal".
Su inquietud los lleva lejos
aunque no lleguen a viejos,
su destino es caminar
y recorrer muchos sitios
sin reconocer ninguno
como su único hogar.
Son ciudadanos del mundo,
para ellos no hay fronteras,
ni límites, ni barreras;
los demás son SUS HERMANOS,
son profundamente humanos,
gente nueva y especial.
Enemigos de la costumbre
y también de las convenciones,
las mundanas tradiciones
y la posición social;
su riqueza es el ser libres,
siempre dueños de su tiempo,
"capoteando" su destino,
cualquiera que sea el final.
No se arraigan ni conforman,
no se quiebran ni claudican,
sus ideas no sacrifican
en aras del "bienestar";
no les importan los riesgos,
no buscan "seguridad".
Buscan, valientes, los retos
con un espíritu audaz.
Jamás serán comprendidos
ni aceptados por la gente,
pues inspiran desconfianza
(no son como los demás)
pero, por ser diferentes,
se mueven rápidamente
y captan más fácilmente
lo que otros no ven jamás.
Desprecian a la riqueza,
la fama y la posición,
su carácter, su dureza,
los inmuniza al fracaso,
lo dan y lo arriesgan todo
por una causa elevada,
dejan huella con su paso,
tienen fuego en la mirada
y hay fuego en su corazón.-
Dedicado a mi amada esposa:
Lagodecristalesazules.
Eduardo Ritter Bonilla.
Eduardo Ritter Bonilla.