Mantengamos encendida la luz de la esperanza,
no dejes que se apague esa luz en tu mirada.
No permitas que en tus horas, no exista ya la magia,
escucha esto que digo, y no retruques nada.
Mientras mantenga viva la llama y no se apague,
aunque los vientos soplen, y aun siga encendida,
cuando el cielo se desplome, y nuestra llama siga,
seremos las estrellas que al mismo sol opaque.
Hay cimiento y fortaleza en las paredes que recubren,
aunque quieran golpearla y derribar el muro,
aunque crean que es muy alto el precio hasta la cumbre,
seguirá esta llama viva, iluminando nuestro mundo.
No hacen falta las palabras, ni miradas que me digan,
que el sentimiento está a salvo mientras siga encendida.
Tan fuerte y resistente es el lazo que nos une,
que a nuestra luz interior..., ya nada la destruye.
Elsa Fariña
23/12/03