Después de tanto tiempo quererte
acaso podría perderte sin que seas mía,
así de absurdo es la vida, que ironía
que yo siga muriéndome por tenerte.
No hay razón de derramar por ti mi llanto,
seguís distraída sabiendo que te he querido
y sufre mi corazón sin ser correspondido,
es que el misterio de tu amor quise tanto.
Mi obsesión en la nada quedó trunca,
al perderte me llegó la pequeña muerte
pues de saborear tus labios no tuve suerte,
perdido voy por la vida sin poseerte nunca.
Es triste mi existencia también mi día,
amargo dolor ya me va derrotando
por vivir solamente en ti pensando,
desde que te perdí, no siento al alma mía.
Autor: Alcibíades Noceda Medina