Esperaré sentado en esta orilla,
hasta el amanecer si es necesario,
y a nadie le diré: "perdón: ¿Qué horario?".
Y por si llueve llevo mi sombrilla.
Esperaré sentado, no hay demoras,
ni nadie que me espere ansiosamente,
aquí me quedaré tranquilamente,
sin importar si es una o varias horas.
Quizás transcurran días, o hasta meses,
y en su transcurso, miraré mil cosas,
intensas, bochornosas, pesarosas,
que van a entretenerme muchas veces.
Veré nacer el sol tras la alborada,
y lo veré morir con cada noche,
de aquella, voy a hacer un gran derroche,
hasta el volver del sol en madrugada.
Esperaré sentado como un loco,
que espera a su demencia alguna cura,
y entre mi larga espera y mi locura,
me empezaré a ver viejo poco a poco.
La causa de esta espera y este exceso,
mantiene una figura femenina,
que no puedo olvidar, que me domina,
al grado de esperar su azul regreso.
Pues ella ha sido todo en mi existencia,
mi vida, mi ilusión, y mi esperanza,
la causa de mi llanto en lontananza,
y aquello que conservo en mi conciencia.
Por eso, con paciencia he de esperarla,
no importa si en mi espera, pasan años,
a mí regresará, no son engaños,
y aquí me quedaré, para encontrarla. (2006)