Voy corriendo al Encuentro de la Muerte que llega
A cerrarme mis Ojos a esta luz que los ciega
Y al Dios que voy buscando me oculta entre la Niebla.
Veo como navega por un mar sin orillas
El Tiempo, esa gran Nave, donde viajamos todos
Y descubro mi imagen, fatigosa y doliente,
Perdida entre la inmensa muchedumbre de a bordo.
Mi Corazón se inflama de ansiedades que queman.
La atracción de Lo Eterno tira de mí y me arrastra.
Me arrastra hacia lo Alto., pero no me levanta
E inquieto y donde estaba, me quedo y permanezco.
Cielo miran mis ojos. Tierra tocan mis manos.
Sufre mi Cuerpo y me duele el Alma
Y quisiera creer en los Milagros
Pero hace tiempo que creer no puedo.
En vano intento recobrar la calma
Que fui perdiendo mientras caminaba,
Mientras iba tirando de mi Vida,
Cada vez más cansado
Y cada vez con menos esperanzas
De llegar a algún lado.
Con ímpetu esforzado lucho por liberarme
Del oprobioso yugo que aprisiona mis alas
Y me obliga a arrastrarme por la rugosa tierra,
Con mi Esperanza muerta y mi Fe agonizante.
Yo desde que he nacido he empezado a morirme.
Y tengo mucha prisa por morirme del todo.
En mis horas de angustia, la Muerte me acaricia
Y me anuncia, piadosa, que vendrá ya muy pronto.
Voy corriendo al Encuentro de la Muerte que llega
A cerrarme mis Ojos a esta luz que los ciega.
Pronto le daré alcance, si antes a liberarme,
Presurosa y piadosa, no se anticipa, y llega.
¡Qué tarde se me hará, Muerte, si llegas tarde!.
Pero aunque llegues tarde, Muerte, ¡bendita seas!.
Mi Feliz Bienvenida quiero darte.
Jamás con tanto Amor esperé a nadie.