Temblando al rozar tu piel, resplandeciendo la locura.
Mente en blanco, paciente silencio.
Choque de labios, lengua a lengua.
Cautivas, desnudo los sentimientos.
Ahora que estoy libre tómame,
Como el viento, suave,
Te recuerdo como el trigo,
Como el viento fresco del verano.
Que sepan lo que somos,
Dos amante, dos misteriosos,
Amante noctámbulos,
Que nadie observe la desnudez de nuestras almas.
Amada mía, amémonos en la sombra,
Que sea la oscuridad nuestra guarida,
Amémonos aquí, en el misterio de la nada,
Donde nuestro amor todo lo domina,
Aquí estoy, ansioso y caliente.
Rodeándote con mis brazo izquierdo.
Tus besos golpean otra vez mis labios,
Las lentas horas se han hecho cómplices.
Y esta noche se ha hecho eterna.
Necesito hacerte el amor, necesito sentirte,
Como el león de la manada.
Y rozando tu piel con mi mano curiosa,
Esos labios que exhalan suspiro y gemidos.
Déjame acariciar tus piernas,
Tus besos dulces como la miel,
Tus labios con sabor a fresa,
Mientras mi lengua roza tu piel,
Y en mis brazos tengo a mi princesa.
Copyright © 2010 Ramiro Álvarez Cedeño.