Solitario suspiraba tristemente sin desvelo,
no tenia cosuelo, vaya donde quiera.
Entraste en mi mundo, ya estás en mi cielo,
mi cielo de verano ahora es primavera.
Diste luz, a la penumbra de mi vida,
me alumbran tus ojos de lucero.
Ya no tengo la mirada perdida,
tengo un amor que dice, te quiero.
Mis labios sedientos claman tus besos,
mis manos hambrientas de caricias,
se muestran anhelantes y ansiosos.
Toda tú, en persona, eres de mis apetencias.
Mi corazón solitario, redobla su latido,
sin embargo inútilmente se impacienta,
al saber que el tuyo es muy lindo,
es que, el amor entre los dos se acrecienta.
En lo profundo de tu cuerpo quiero amar,
como niño aferrarme en tu pecho.
Esta vehemencia solo tú puedes calmar,
embriágame, con tu amor déjame desecho.
Juro; que te amaré con sencillez y propiedad.
En el cielo de mi vida, el lucero se acentúa.
Dime que eres mía, no busquemos salvedad.
Ya no hay dilema, nuestro amor se perpetúa.