Qué te ocurre, ayer te observe sin que supieras, me coloqué en un lugar estratégico y pude ver que dos compañeros te molestaban, pero lo que me extrañó fue tu pasividad, preferiste callar en lugar de defenderte, a pesar de
todo esperé un poco más de tiempo para ver si había alguna reacción de defensa en ti.
Nada logró sacarte del silencio, de tu silencio.
Qué pasa, niño silencioso, ¿qué ocurrió en tu vida?
¿Qué entidad destruyó tu capacidad de defensa?
¿Qué ser puede tener la potestad de quitarte tus armas y defensas naturales?
Es tu silencio un gigantesco abismo que consume tu vida, y ese silencio devora lentamente tu capacidad de lucha.
¿Dónde están tus armas, samuray? Eres un niño triste con mirada perdida
¿Dónde quedó tu infancia? ¿dónde quedaron tus juegos infantiles?
Ayer logré acercarme nuevamente sin que lo supieras, tengo ese extraño don,
una niña estaba interesada en ti, sólo tenías que sonreírle, era tan sencillo
dejar que ocurrieran las cosas naturalmente, sonreírle, invitarle un helado,
hablar de la lluvia, del viento, cualquier cosa hubiera servido, simplemente
callaste, no actuaste, igual que siempre, ese terrible síndrome del silencio que te anula, apareció nuevamente, produciéndote una angustia de muerte. La perdiste. Te gustaba; pero...
¿Qué pasa? Niño silencioso, ¿qué ocurrió en tu vida?
¿Qué entidad destruyó tu capacidad de defensa?
¿Qué ser puede tener la potestad de quitarte tus armas y defensas naturales?
¿Dónde estás, Samuray?
Lograrás ser un hombre con el tiempo; pero una parte de ti continuará siendo un niño silencioso si no haces los cambios oportunos. Debes cambiar, Samuray. Debes aprender a sacar tu espada, aprender a vencer con tu mirada, debes tener una mirada de tigre.
Pero antes de comenzar a cambiar, esto es lo primero que debes hacer: abrazarme fuertemente, porque yo también soy un niño silencioso.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!